Reto 260

¿Quiénes somos?

 

Andrés, Ángel, Julián y Mario. Somos un equipo multidisciplinar, enamorados de la actividad física, de la sierra de Albarracín, de su gente y por lo tanto de nuestro trabajo.

Andrés, coordinador de este pequeño gran equipo con formación en materia de media y alta montaña y gestión y dirección de grupos, además de una dilatada experiencia en servicio comarcal de deportes.

Ángel, experto en el diseño y gestión de rutas y actividades en el medio natural y con conocimientos y experiencia en terapia manual.

Julián, con formación y experiencia en entrenamiento deportivo, y encargado del soporte anímico del grupo.

Y Mario, dotado de conocimiento y herramientas en la gestión deportiva y preparación física, y al igual que Ángel, experiencia en terapia manual.

Con este equipo que hemos descrito llevamos a cabo toda la actividad deportiva que se realiza desde la Comarca Sierra de Albarracín.

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Nuestra labor diaria es la de promover la actividad física entre los habitantes de los diferentes pueblos que conforman la comarca, y por ende mejorar su estado de salud y su calidad de vida. Esta labor la prestamos con clases dirigidas a lo largo del curso escolar, mientras que en el periodo estival se combinan con el aspecto lúdico de los municipios en esta época (fiestas patronales, semana cultural, etc.).

Al turrón…. El día 11 de mayo, fuimos conocedores de la existencia de un joven bronchalino el cual había gestado en su cabeza la idea de recorrer la Sierra de Albarracín de principio a fin, pasando por todos y cada uno de los municipios que la integran, con el principal objetivo de recaudar fondos para ayudar a las familias de la comarca más damnificadas por la situación provocada por la pandemia mundial del COVID-19.

 

RETO 260K

 

El reto 260k, consiste en unir los 25 pueblos de la comarca Sierra de Albarracín corriendo, atravesando los parajes más singulares de esta sierra. Para ello se divide en 6 etapas, cada una de ellas con un promedio de 40 kilómetros.

El desafío cubre un desnivel positivo de más de 6000 metros, alcanzando como cota máxima 1825 metros (mirador de los de Griegos), en la primera etapa, y como cota mínima 1031 metros en la localidad de Gea de Albarracín, en la quinta etapa.

Este reto destaca por la cantidad de contrastes paisajísticos que se pueden observar, atravesando los frondosos pinares de los Montes Universales, nacimientos de importantes ríos de vertientes atlántica y mediterránea, uno de sabinares más grandes de Europa y el espacio protegido de pinares del rodeno.

Además de su singularidad paisajística, el recorrido transcurre por el hábitat de múltiples especies de fauna salvaje como el ciervo, jabalí, corzo, gamo, cabra, etcétera, así como explotaciones ganaderas tradicionales de ovino, y bovino.

Este duro desafío deportivo, tiene un claro objetivo solidario, recaudar un 1€ por kilómetro recorrido. Dinero que será destinado a adquirir productos de primera necesidad en establecimientos de la comarca para las familias afectadas por la crisis del COVID-19.

Kilómetros totales 260
Número de etapas 6
Promedio de kilómetros por etapa 40
Altitud máxima 1825m
Altitud mínima 1031m
Desnivel acumulado 6185
Desnivel promedio por etapa 1030

PRE-RETO

 

Tal y como os adelantábamos en el primer post, el día 11 de mayo de 2020, el Vicepresidente de la Comarca Sierra de Albarracín Tomás Almazán, pone en conocimiento de Andrés, (coordinador del servicio) la intención de comenzar el reto el día 18 de mayo, facilitándonos la memoria y los recorridos que previamente había diseñado.

Reunido el equipo del servicio comarcal de deportes se llega a la conclusión que la fecha escogida para el inicio del reto es completamente inviable, puesto que no se dispone del tiempo necesario para reconocer el terreno y garantizar la seguridad y logística del reto.

Tras esta valoración se decide que el reto se pospone al lunes 25 de mayo de 2020, dedicando de ese mismo instante todos nuestros esfuerzos y recursos a la organización y planificación del reto.

Durante la semana del 11 de mayo al 15 de mayo, el equipo multiplica sus esfuerzos, en mantener las actividades que veníamos desarrollando desde el confinamiento, mientras desarrolla la planificación del reto (alojamiento de Chema, colaboradores, permisos, material necesario para el reconocimiento de las etapas, etc.).

El domingo 17 de mayo, mediante videoconferencia se programa la semana siguiente en la que el equipo reconoció las diferentes etapas con la ayuda de bicicletas de montaña para establecer los protocolos de seguridad y logística.

Comenzamos el reconocimiento del terreno con la etapa 1, que cubre la distancia entre Torres de Albarracín y Griegos, en la que prácticamente todo el recorrido es óptimo, salvo el barranco que une las localidades de Tramacastilla y Noguera que por las circunstancias de caudal de agua está intransitable, teniendo que buscar una alternativa al trazado.

La etapa 2, partía de Griegos con fin en Calomarde, con un recorrido adecuado y en el que sólo se percibe la necesidad del uso de emisoras, ya que la zona carece de cobertura móvil.

Continuando la semana, llegamos a la etapa 3, que une Calomarde, con Jabaloyas en la que encontramos serias dificultades para seguir el trazado previsto, aunque se encontró alternativa. Esa misma tarde, se inició el reconocimiento de la cuarta etapa, entre Jabaloyas y Valdecuenca, que transcurrió sin mayor contratiempo pero que hizo valorar la modificación de dos tramos por considerarse más adecuado.

La quinta etapa, la reconocimos el jueves 21 y unía los municipios de Valdecuenca y Monterde de Albarracín, en la que la única particularidad es que hay pequeños tramos en los que no se puede circular en bicicleta por la inestabilidad del terreno.

Por último, el viernes se hizo el trayecto perteneciente a la etapa número 6, entre Monterde de Albarracín y Bronchales, en la que no hay nada reseñable en cuanto a logística y seguridad.

DÍA 1. TORRES DE ALBARRACÍN – GRIEGOS

 

Con las primeras luces del día, el equipo y el protagonista del reto, partía de la sede comarcal situada en Albarracín, dirección Torres de Albarracín. Faltaban un puñado de minutos para las 8:00h y en el ambiente se mezclaba cierta tensión e ilusión por comenzar el reto, sin saber lo que éste nos iba a deparar. Se aprovechaban estos instantes previos para recordar la información más importante de la etapa, Chema, el protagonista, mostraba un semblante serio, mezcla de nervios y concentración, mientras realizaba unos últimos movimientos de calentamiento. Con la incógnita de si la climatología iba a ser benévola se partía puntual a las ocho de la mañana desde Torres de Albarracín en busca del primer punto de paso en Tramacastilla.

Partíamos hacia la vega de Torres, atravesando por primera vez el río Guadalaviar. Ya en el margen derecho del cauce, poníamos dirección a Tramacastilla. En estos primeros metros nos vamos a encontrar con el primer desnivel a salvar, llegando al mirador del batán, dónde se observan unas maravillosas vistas de los municipios de Torres de Albarracín y Tramacastilla. Tras coronar esta primera rampa, se comienza un pronunciado descenso que desemboca en Tramacastilla.

Desde la plaza de Tramacastilla, se puso rumbo a Noguera de Albarracín, este trayecto resulto de una especial belleza y dureza, debido a que el recorrido en su mayor parte se encontraba tapado por la vegetación y atravesado por constantes regueros de agua.

Desde Noguera de Albarracín, afrontamos el primer ascenso notable del día, el que nos conduciría a la fuente del ojuelo, atravesando la zona de descanso conocida como “Fuente de los Maquis”.

Este ascenso se realiza por el conocido barranco de “La Tejeda”. Una vez se alcanza el punto máximo de este barranco, llegamos a la fuente del ojuelo desde donde se inicia una prolongadísima bajada hasta Orihuela del Tremedal.

Llegados a Orihuela del Tremedal, Chema, aprovechó que estábamos en el ecuador de la etapa para ponerse ropa seca y para aportarle algo de alimento al cuerpo (fruta, dulces y líquidos). Tras esta parada técnica continuamos la ruta establecida y afrontamos el mayor desnivel de la etapa, alcanzando los 1825 metros (cota más alta de la etapa y del reto) a través de los pinares que albergan el Santuario de La Virgen del Tremedal y el mirador de Los de griegos.

Desde este punto y ya en claro descenso, se pone rumbo a Griegos. Tras un fuerte descenso se llegaba a la conocida como “Recta Del Puerto”

por la cual se circula durante dos kilómetros abandonándola por un camino de arrastre maderero hasta encontrar una pista forestal de firme estable y bien señalizada que nos guiará hasta el “alto del matapán”. Inicio de un entretenido descenso hasta el pueblo de Griegos, dónde la benevolencia meteorológica que había acompañado toda la etapa nos abandonó para dejar sobre nosotros un breve pero intenso chaparrón. De la llegada a Griegos queremos resaltar el buen recibimiento y buena acogida que recibimos tanto el atleta como el resto del equipo y que siempre alegra pese a los contratiempos.

Una vez aseado y alimentado, es el momento de relajar las piernas de Chema. Es el momento de que Ángel, tire de oficio y le realice un pequeño masaje de descarga con el fin de que la recuperación de Chema sea completa. Momento de intercambiar sensaciones y opiniones de la etapa acontecida así como dudas que surgen en la planificación de la segunda etapa.

El equipo recoge todo el material desplegado durante la etapa y pone rumbo a su base en Albarracín, donde antes de finalizar la jornada, aún queda por delante la revisión y puesta a punto del material.

DÍA 2. GRIEGOS – CALOMARDE

 

Bien temprano, partía el equipo dirección Griegos. La mañana se despertaba brumosa y fresca, y entre esas nieblas y con un mercurio que no alcanzaba los 10ºC, el equipo se cercioraba del correcto funcionamiento del material. Una vez hechas todas las comprobaciones, era el momento de cargar en los vehículos los “trastos” de Chema. De nuevo con puntualidad británica a las 8:00 se daba inicio a la segunda etapa del reto partiendo de la plaza de Griegos. El primer escollo de la etapa lo encontraríamos a apenas 2 kilómetros del inicio, dónde una fuerte rampa nos adentraba en el territorio de las dolinas, el cual surcábamos en progresivo descenso rumbo a Villar del Cobo, primer avituallamiento de la etapa. Desde la plaza de Villar del Cobo, ya se atisba el ascenso que nos espera, un ascenso técnico, plagado de trampas en forma de escalones, piedras rotas y un peligroso abismo a nuestra espalda.

Superado este temprano escollo, nos adentrábamos en la dehesa de Guadalaviar, que lucía un pletórico pasto y rezumaba agua por los cuatro costados. Desde aquí, la llegada a Guadalaviar fue un mero trámite por el buen estado del camino que atraviesa la Dehesa.

Llegado este punto de la etapa, en la plaza de Guadalaviar, se produce un corto pero necesario descanso, en el que Chema aprovechó para comer y beber y así recargar los depósitos de energía. Nuestro compañero Ángel, cambió la bicicleta por las zapatillas y se echó a correr con él, mientras Mario, superados ciertos problemas técnicos pudo continuar con la bicicleta. Es aquí dónde comienza un verdadero hueso en la etapa, el ansiado ascenso al puerto “El Portillo” con 1790 metros de altitud, el ascenso se produce por las marcas del GR-10, y se trata de un ascenso que requiere afrontarlo con serenidad, ya que se salvan muchos metros de desnivel en poca distancia. Alcanzada la cima del puerto, es momento de coger aire, a nuestras espaldas acabamos de dejar Guadalaviar y el río del mismo nombre, cuyas aguas se vierten en el Mar Mediterráneo, mientras que en frente de nosotros, se abre camino la vega del río más largo de la península ibérica, el Tajo, cuyas aguas van a parar al Océano Atlántico, una particularidad difícil de encontrar en cualquier otra zona del país.

Otro cantar es el descenso del Portillo, el claro ejemplo de que no siempre es más fácil bajar que subir, un camino lleno de bolos (piedras en forma de bola) que no permite ni un segundo de relajación, complicado a pie y casi imposible en bicicleta.

Una vez finalizado el descenso, el trayecto por la vega es coser y cantar, disfrutando de amplias praderas, agradable temperatura y varios kilómetros por delante a la vera del río Tajo, remontándolo hasta su nacimiento.

Desde el nacimiento del Tajo tomamos una cómoda pista forestal dirección Frías de Albarracín, que abandonaremos transcurridos un par de kilómetros y comenzaremos a seguir unas marcas GR que conducen a la carretera que une Frías de Albarracín con la provincia de Cuenca. Después de cruzar esta carretera, iremos al encuentro de la sima de Frías, justo antes de alcanzar la sima, Chema recibió una visita que le subió la moral, dos bronchalinos (José Alberto y Ricardo) que se desplazaron hasta allí para darle ánimos.

Entramos a Frías de Albarracín por la pista asfaltada que lo une a Villar del Cobo y da acceso a la plaza del pueblo por la monumental iglesia que lo preside.

Dejamos Frías de Albarracín por la parte más alta del mismo en busca del camino que nos lleve hacia el “Molino de las pisadas”, agradable descenso entre frondosos pinares que nos harán de embudo hasta las famosas pasarelas que unen el molino con Calomarde a través de los estrechos del río Blanco.

La llegada a Calomarde quedó ligeramente descafeinada debido a que se trataba de un día muy caluroso y coincidiendo con la hora de comer, lo que agilizó la llegada al alojamiento para el descanso de Chema. Allí después de la correspondiente ducha, Ángel volvió a demostrar su destreza en el masaje deportivo realizando otra faena de descarga a nuestro atleta. Repitiendo la rutina del día anterior, el equipo volvió a su base de operaciones y realizamos los trabajos de mantenimiento y puesta a punto.

DÍA 3. CALOMARDE – JABALOYAS

 

Es miércoles, las maltrechas piernas de Chema, con 86 kilómetros a cuestas, deben enfrentarse a la etapa más larga y dura del reto, casi 50 kilómetros distan entre el principio y el final de la etapa, y con cambios drásticos en cuanto al paisaje se refiere.

Otra vez, las 8:00 horas, y tanto Chema, como el equipo de deportes, dispuestos para tomar la salida. El inicio, con el rocío de la mañana y sin desnivel que afrontar, sólo hay que preocuparse de no tropezar, ya que la senda está completamente tapada por la vegetación y con alguna que otra piedra. Pronto se llega a la cascada batida

de Calomarde, donde abandonamos la senda principal, para unirnos al trazado de la carretera que paralela al río, nos conduce al “merendero de las balsas”. Desde este merendero, parte un camino de tierra, en perfecto estado que nos lleva cómodamente al núcleo urbano de Royuela.

Llegados a Royuela, nos abandona el entorno fluvial que nos había acompañado, para adentrarnos en tablas de cereal de secano que lucían espectaculares. Tras un pedregoso ascenso, se vislumbra la silueta de Moscardón, lugar, donde Chema aprovecha para reponer nutrientes y aliviar sus trabajadas piernas con agua fía y reflex.

Sin sufrir en exceso, se toma dirección a la zona recreativa de “El Algarbe”, el cual es atravesado por senderos frescos y sombreados y nada hace presagiar el drástico cambio que supone afrontar el cortafuegos por el que discurre la ruta y cuya recompensa es la suma de otro pueblo a la mochila, Terriente. En Terriente, Chema aprovecha para cambiarse de ropa, alimentarse y recibir una inyección de motivación, ya que su sobrina le regala una sonrisa y unos minutos de compañía. El resto del equipo aprovecha también para hidratarse y abastecerse de protección solar, necesaria debido al ajusticiante sol.

La ruta continúa por pista asfaltada sin más particularidad que la llegada al Villarejo. Desde aquí se parte por una senda entre pinos que nos guía hasta la que es probablemente la senda de descenso más bonita del reto. Discurre en la ladera de un pinar por una tortuosa senda, en la que no se puede uno despistar, pero que Chema afrontó con una ligereza extraordinaria. Tanta bajada tendría su precio, dado que el perfil de la ruta obligaba a remontar esos metros perdidos.

Por fin se llega a El Vallecillo, lugar dónde Chema y el equipo aprovechan para comentar sensaciones, nutrirse e hidratarse. Se abandona el pueblo en dirección al nacimiento del río Cabriel, paraje de grandísima belleza natural.

De aquí a Masegoso se abandona la protección del bosque de rivera y se emprende el camino por la carretera, tramo que resulta durísimo para las piernas de nuestro atleta, debido a las altas temperaturas y al progresivo ascenso.

Alcanzada la cota de Masegoso, se emprende camino hacia Jabaloyas, no sin antes pasar por El toril en el kilómetro 41,5, dónde Chema decidió no detenerse demasiado aprovechando que el terreno había cambiado. Es aquí dónde comienza el último repecho de la etapa, una subida exigente que lo llevará a la altitud de 1657 metros y en la que las altas temperaturas y los kilómetros acumulados empiezan a pasar factura en Chema que ve aún muy lejos Jabaloyas.

Al coronar esta última subida, la tendencia del terreno cambia a su favor, comenzando un ligero descenso de 6 kilómetros que nos llevan hasta Jabaloyas. Estos 6 últimos kilómetros se corrían por un terreno árido, inestable y sin protección ninguna ante el potente sol de mediodía, que desgastó a Chema que sólo pensaba en llegar a destino y poder descansar.

Ya en el pueblo disfrutamos de una agradable comida junto a Enrique que se unió a la comitiva para conversar y compartir productos artesanos.

Durante la sobremesa de la comida, Chema tuvo de nuevo otra inyección de motivación, ya que de manera improvisada se acercó hasta el municipio su familia, y ver al pequeño Joel correr a su alrededor le recargó de nuevo las pilas. El masaje de Ángel de nuevo ayudo a la recuperación muscular de Chema que se quedó en compañía de un amigo que pasaría junto al equipo el resto del reto.

El equipo de deportes continuando con la rutina habitual, regresó a la nave comarcal a dejar el material preparado para afrontar el cuarto día.

DÍA 4. JABALOYAS – VALDECUENCA

 

Bien temprano partíamos de Albarracín dirección Jabaloyas.

Se afrontaba hoy una etapa de recuperación. La más corta, si bien en el día anterior se paraba el cuenta kilómetros en 50 hoy, ni se alcanzaban los 40, aunque sabemos de uno al que le parecerían 100.

Ya en Jabaloyas era momento de últimas comprobaciones, entrevista y salida retransmitida en directo a través de la página del servicio en la plataforma Facebook. Ya teníamos una ¨legión” de seguidores que puntuales a las 8 conectaban con sus móviles en la red social para seguir las peripecias de Chema.

Abandonábamos ya el pueblo de las brujas con dirección “Masía de Ligros”. Se abrían así 6km de descenso por un sendero por el interior de un barranco, bastante roto y con muchísima piedra. El ritmo era endiablado, de las 3 bicicletas que habían partido acompañando al corredor, tan solo una aguantaba a duras penas el ritmo casi demoníaco que Chema había propuesto.

Hacia el kilómetro 4 y gracias a un momentáneo ascenso se recomponía el grupo, y de nuevo un rapidísimo ritmo, pasada la Masía se recibía la primera asistencia del día próximos ya al kilómetro 9.

En esta asistencia se revelaba un problema que vendría a complicar el resto de etapa y a la postre también todos los kilómetros que quedaban de este épico reto. Una ampolla en el pié izquierdo de Chema. Todavía había 30km por delante para cerrar la etapa, la temperatura iba subiendo y el de Bronchales pegó un trago de agua y comió algo en lo que Ángel limpiaba y desinfectaba la ampolla.

Y como si de una asistencia de la fórmula uno se tratase proseguía la etapa. Pocos kilómetros después se llegaba a Rubiales minúscula y acogedora población en puertas del rodeno, en la que se recibió de nuevo asistencia.

Tomando dirección a Bezas por primera vez, el reto irrumpía en el espacio protegido del Rodeno, atravesando la laguna de Bezas que lucía un esplendor característico de una grandiosa primavera, lo que atrae una gran cantidad de especies de aves. Además, durante varios kilómetros, la humedad de la zona provoca que nos acompañe un hermoso sonido de fondo el cantar de las ranas que habitan la balsa.

Continuábamos, se atisbaba Bezas ya en el fondo del barranco, lo que desde nuestra posición se temía un rapidísimo descenso. En Bezas, un puñado de vecinos animaban a Chema.

Desde la propia carretera justo en la salida del pueblo, nos internamos por un barranco que nace en Dornaque y que contiene pequeñas presas de agua, un micro clima que combina bosque de ribera con pino y piedra de Rodeno, único en la zona. Un entretenidísimo sendero que tanto Ángel como Mario decidieron hacer a pie junto a Chema por la imposibilidad de realizarlo en bicicletas y que culmina en el Centro de Interpretación de Dornaque.

Llegados a Dornaque era momento de hacer uso de la última asistencia y poner rumbo al final de la etapa, por medio de un sendero dirección Saldón. Dicho sendero nos conduce a la carretera para d y a así se nos acaba la protección del pinar. Desde este momento y hasta el final de la etapa se correría por la carretera, con una temperatura alta y sin ninguna sombra que protegiese se llegaba a Valdecuenca, otra vez por delante del horario previsto.

Era hora de ducharse, reponer fuerzas y de nuevo pasar por la camilla de masaje, dónde Ángel volvía a revitalizar la musculatura del titán. También aprovechamos para curar los pies de Chema que desde el km10 venían sufriendo por esas penosas ampollas.

El equipo se trasladó a su base donde realizó las rutinas de inspección y mantenimiento del material.

DÍA 5. VALDECUENCA – MONTERDE DE ALBARRACÍN

 

Por fin es viernes, y pese a que todavía quedan 2 largas etapas del reto, la sensación en el ambiente es que está cerca el final, tanto Chema como el resto de la comitiva, tenemos presente que apenas quedan unas horas de esfuerzo para entrar a Bronchales, final del reto. Pero no nos adelantemos… estamos en Valdecuenca, y firmes y puntuales tomamos la salida a las 8:00 como es ya costumbre. El día de hoy es un día un tanto especial también, porque codo con codo de Chema toman la salida desde Valdecuenca, dos corredores habituales de la sierra, que se prestan como voluntarios para acompañar a nuestro atleta en una de las etapas, concretamente eligen esta ya que uno de los pueblos que pasa es su pueblo natal, Albarracín. Así pues, el equipo de deportes, Chema, Adrián y Alejandro, toman la salida dirección Saldón.

Estos primeros metros aunque transcurren por asfalto, no son excesivamente duros, y se llega a Saldón con relativa rapidez, ya que la temperatura es muy agradable para la práctica de la actividad física en el medio natural.

Desde el propio Saldón, empieza a animarse la etapa, ya que comienza una prolongada rampa de subida que hace que nuestros atletas tengan que aguantar con un ritmo un poco más bajo pero constante entre las preciosas sabinas de la zona.

Una vez abandonado el tramo de ascenso comienza el verdadero espectáculo de la etapa, un pronunciadísimo descenso por un cortafuegos en el que Chema demostrando su habilidad y destreza en el descenso es capaz de dejar atrás no sólo a sus compañeros a pie, sino que también deja atrás a las bicicletas que le acompañan… Impresionante. Al finalizar el cortafuegos en descenso el grupo se adentra en un paisaje totalmente diferente, Pinares de rodeno, totalmente cubiertos de sombra y frescor seguimos bajando cómodamente hasta otro descenso de vértigo, un barranco cubierto en su totalidad por la característica piedra del rodeno, roja, arenosa e incluso resbaladiza, sobre las cuales Chema parecía flotar, como si de un ágil corzo se tratase, dejando otra vez atrás a todo el equipo.

Tan rápidos y violentos descensos castigaron quizá en exceso los pies de nuestro Chema, ya que tuvo que hacer una parada técnica en el cruce “4 caminos”, en la pista del rodeno, para que la asistencia le ayudara a curar sus ampollas y rozaduras, además, aprovechó para hidratarse, ya que a medida que avanzaba la mañana aumentaba la temperatura.

Desde aquí hasta Gea de Albarracín fue un auténtico paseo, ya que la etapa transcurría por una pista en perfecto estado en notable descenso y con una temperatura muy agradable al ir todo el tiempo rodeados de pinos que nos regalaban su sombra. Una vez en Gea, y alentados por unos cuantos vecinos que se acercaron a mostrar su hospitalidad haciendo un sonoro recibimiento. Los tres corredores, sobradamente capacitados, afrontaron solos una maravillosa senda, no apta para bicicletas, que conectaba la parte final de Gea de Albarracín con la capital de la comarca.

La entrada a Albarracín fue discreta, por el arrabal de la ciudad, pero pronto empezaron a inundar los balcones y las ventanas multitud de vecinos y vecinas para dar ánimos Chema, ya que el objetivo bien lo merece. Alcanzada la plaza de Albarracín, con el desnivel que ello conlleva, el equipo pensaba que Chema necesitaría de un breve descanso, pero nada más lejos de la realidad, fue visto y no visto y comenzó el ascenso hacia la muralla que defendía en el Medievo la población.

Este ascenso es digno de mención, ya que una vez alcanzada la ermita de El Carmen, el camino se convierte en un montón de piedras rotas que hacen desaparecer la senda inicial sobre la tierra.

Duro ascenso que finaliza en lo que parece el alto de una muela, ya que los siguientes kilómetros son constantes toboganes de subida y bajada pero sin grandes desniveles a superar, lo que dan la falsa sensación de ser una llanura. Este tramo aunque sin presentar especial dificultad técnica en cuanto al perfil de la etapa, resultaron de una especial dificultad para los corredores debido a la gran cantidad de kilómetros que anduvimos sin soporte de los vehículos por la imposibilidad de los mismos en el acceso, lo cual hizo que la deshidratación fuera más de la esperada y que el trayecto pareciera el doble de largo de lo que en realidad fue. Este tramo finaliza en un bonito y cómodo descenso que el camino marca en grandes eses pero que a pie ofrece la posibilidad de bajarse prácticamente en línea recta, con llegada en una cómoda pista entre huertas e inminente llegada al pueblo.

Monterde de Albarracín nos volvió a reafirmar las grandes personas que residen en estos pequeños pueblos, al igual que en todos los pueblos de esta gran comarca la gente ha aportado todo lo que estaba en su mano para que nuestro paso por allí sea de lo más agradable, en Monterde, además, un pequeño detalle que tras unos duros últimos kilómetros nos alegró el cuerpo, un pequeño aperitivo con unas frescas bebidas para que comiéramos y nos hidratáramos, un auténtico lujo.

Tras el gran recibimiento de los vecinos, tocaba la rutina diaria, Chema se duchó, comió y un buen masaje manual para que pudiera afrontar los kilómetros de la última etapa con éxito al día siguiente. En este caso no podíamos contar con Ángel para la terapia manual, ya que otros compromisos le privaban la posibilidad de acompañarnos, pero nuestra suerte es que contamos en el equipo con otro hombre con experiencia en el tema, Mario, suplió en este cometido y observando la cara de Chema después, también de manera exitosa.

El resto del día… podría ser copiar y pegar, ya de memoria vuelta a la sede comarcal a preparar, ya por última vez los materiales necesarios para el siguiente día.

DÍA 6. MONTERDE DE ALBARRACÍN – BRONCHALES

 

Llegaba el último día, era el momento de poner el broche de oro a un periplo de 6 días y más 260km. Esta última etapa unía Monterde de Albarracín y Bronchales.

Si bien todos los días la salida era a las 8:00 hoy se retrasaba, pues eran varios los amigos y familiares de Chema que se habían acercado a Monterde para darle ánimos y desearle lo mejor en estos últimos 42 km que lo separaban de su Bronchales natal.

También fue imposible realizar la conexión en directo a las 8 de la mañana pues la cobertura móvil todavía en los tiempos que corren no cubren las zonas de montaña que tanto lo necesitan por el progresivo y continuo problema de despoblación. Esta situación creó algo de confusión entre los seguidores que fielmente veían la salida desayunando todas las mañanas, llegando incluso a preguntar a miembros del equipo sobre el estado de salud de Chema, pensando que no había podido tomar la salida.

Sobre las 8:15 salíamos de Monterde dirección Pozondón. El perfil de la etapa no entrañaba grandes dificultades pero su tendencia iba a ser en subida durante toda la jornada. Corría Chema junto a Khalid (compañero de Chema en su trabajo y gran aficionado a los Trail) en un tándem que no se iba a disolver en todo el recorrido.

El páramo que se extiende por esta estribación más oriental de la sierra era escenario de la insólita proeza que se había gestado en los días anteriores y que estaba a punto de culminarse.

En la entrada a Pozondón se recibía asistencia y se unían a la comitiva dos ciclistas que conocedores del reto se desplazaron hasta allí para acompañar a Chema en la entrada a su pueblo. Se entraba en Pozondón donde Chema reciba una calurosa ovación y donde advertíamos que los próximos 10 kilómetros discurrían por carretera, por lo que decidía cambiar sus zapatillas de trail por otras más indicadas para correr por superficie asfaltada.

Si bien el perfil no entrañaba dificultad estos kilómetros de asfalto se hacían igual o más duros que los puertos que días atrás había salvado, aunque al hacerlo en compañía y en dirección a casa… todo fluía mejor.

Sin posibilidad de sombra y con una mañana calurosa el abastecimiento de agua fue constante a los corredores para mitigar la deshidratación. Entrando en Rodenas Chema se emocionaba y recordaba su niñez por aquellos parajes. Llegado a este punto era hora momento de comer algo, cambiar las zapatillas de nuevo y afrontar la segunda parte de la etapa que volvía a su hábitat, la montaña.

También era momento de cambiar la indumentaria por otra seca, poner vaselina en los maltrechos pies y untarse bien de protección solar. Pues de aquí al final de etapa no encontramos vegetación que supere los 50cm.

Aquí, en Rodenas el equipo se divide, aprovechando que se disponía de una pick up para el acompañamiento de la expedición, Andrés y Julián se adelantaban a meta para comenzar con los preparativos de la misma. Una vez en Bronchales, y a contrarreloj, con la ayuda del alcalde, se montó el arco de meta del servicio comarcal de deportes en la entrada a la plaza del pueblo y se realizó un pasillo con vallas también de la comarca desde el mismo hasta el arco de meta proporcionado por uno de los patrocinadores. Dicho pasillo se cubrió con una lona de tela, lo que adornaba y hacía de la meta un lugar mucho más bonito. Durante este tiempo y mientras se empezaba a llenar la plaza de gente la misión fue recordar las medidas de seguridad y de distanciamiento social necesarias para presenciar la llegada.

Mientras tanto, Chema y el equipo que le acompaña ya marchan entre extensos campos de labor durante los cuales se iba ganando altitud de manera cómoda. Se dejaba atrás el primer hoyón y en la siguiente loma, aún con unos 12 kilómetros por delante se divisa en el horizonte el final de etapa.

Empezábamos a encontrar vecinos y amigos de Bronchales en cada cruce que en bici, quad o 4×4 se habían acercado a dar ánimos al atleta.

Pasadas las celadas de Bronchales tomábamos el camino blanco para acceder al pueblo por la zona de la depuradora. Más adelante, en el momento de cruzar la carretera que une Bronchales y Orihuela ya se agolpaban lugareños que agitando banderas y haciendo sonar el claxon de sus coches anunciaban el paso de Chema que con lágrimas en los ojos se enfrentaba a los últimos metros de la hazaña.

Último repecho y tocábamos ya suelo pavimentado del municipio de Bronchales, enfrente en la fachada de la primera casa un cartel enorme ¨MUCHO CHEMA¨.

Una vez alcanzado el objetivo, a Chema ya no le dolía nada, la emoción se había apoderado de él. Tocaba conducirlo hacia el Ayuntamiento donde le aguardaba un recibimiento muy especial.

Una gran ovación y música en el bando, el bronchalino se derrumbó frente a una pancarta que tapaba el acceso al consistorio en la que se podía leer ¨Papa estoy contigo¨ y tras la que se escondía su pequeño Joel y Merche (su mujer), lo que hacía todavía más emocionante su llegada, puesto que Chema nada sabía de la presencia de su mujer e hijo.

Desde aquí y sin soltar la mano de su pequeño Chema se dirigió a la plaza del pueblo donde una gran cantidad de vecinos de la sierra aguardaban su llegada. Era el momento para un gran aplauso, se cerraban 260km de Épica deportiva y solidaria. Emocionado dedicó unas palabras explicando brevemente sus sentimientos y agradeciendo a todas las personas que habían puesto su granito de arena en el reto de cualquier manera.

Chema atendía a los medios de comunicación y se fotografiaba con todos sus vecinos y amigos.

Era momento de recoger los bártulos, en un visto y no visto se recogía todo el equipo desplegado, devolviendo a la plaza su tranquilidad habitual. Todo el equipo, compartía después una agradable comida, antes del tradicional masaje de recuperación final. Como final del día y del reto, llevamos todos los materiales a su sitio, devolviendo y agradeciendo a las personas que desinteresadamente lo cedieron para la ocasión.

PATROCINADORES DEL RETO 260K

 

ALOJAMIENTOS OFICIALES DEL RETO 260K

 

Día 1. Casa Aldea. Griegos. Acogedor alojamiento compuesto por un amplio espacio de cocina comedor y dos habitaciones que junto al entorno hacen una estancia inmejorable.

http://www.booking.com/hotel/es/casa-aldea.es.html

Día 2. Casa Rural La Sabina. Calomarde. Entrañable casa de estructura antigua, con multitud de estancias y preciosos rincones.

https://www.casalasabinarural.com/

Día 3. Casa Rural Las Leyendas del Jabal. Jabaloyas. Arquitectura tradicional y habitaciones cuidadosamente decoradas con ambiente rústico y tradicional.

https://www.booking.com/hotel/es/las-leyendas-del-jabal.es.html

Día 4. La Posada Del Horno. Valdecuenca. Se trata de un alojamiento rural con habitaciones completas con baño privado y balcón con preciosas vistas.

https://www.booking.com/hotel/es/la-posada-del-horno.es.html

Más información y alojamientos en:

AGRADECIMIENTOS

 

Desde el equipo comarcal de juventud y deportes queremos agradecer su ayuda y colaboración a:

  • Guardia Civil. Por su presencia y soporte en los inicios de etapa.
  • Andrés Hernández Barrera, por prestarnos un juego de 4 emisoras que facilitó nuestra comunicación.
  • Ayuntamientos de los 25 municipios por su colaboración en todo lo que el equipo ha necesitado en cada momento.
  • Vecinos de la sierra por su hospitalidad y todo el cariño que nos hacen llegar día a día.
  • Amador Cabanes Olmos, por formar parte del equipo en el reto.
  • Alojamientos oficiales del reto por facilitar nuestra labor y acogernos en sus instalaciones.
  • Adrian, Alejandro y Khalid, que acompañaron corriendo a nuestro titán en algún momento del reto.
  • José Alberto y Ricardo, por suponer un aporte anímico para Chema y ayudar al equipo en las labores de soporte.

 

ENTREVISTA A CHEMA GARCÍA